Es normal sentir o tener pensamientos de inseguridad, lo que está mal es dejar que estos sentimientos negativos se apoderen de las situaciones nublando las decisiones y la manera de manejarnos.
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¿Por qué somos inseguras?
La inseguridad forma parte de la vida en algún momento, cambiando nuestro comportamiento e incluso, disminuyendo los niveles de autoestima, lo que en conjunto, compromete la estabilidad física y mental pues perdemos la autovaloración.
La cotidianidad de una persona insegura es bastante compleja, su vida está llena de contradicciones y dudas cambiando constantemente las perspectivas e influyendo en su personalidad.
Los especialistas en el análisis conductual y la psicología, reconocen una serie de patrones de conducta que contribuyen a la superación de tanta inestabilidad.
No sobrevalores la opinión de terceros
Un consejo bien intencionado siempre es bien recibido, pero no debemos confundirlo con preocuparnos frecuentemente por lo que los demás piensan; esta clase de conductas provoca la pérdida de la autoconfianza creando malestar e inseguridad.
Concentrarnos en nosotros mismo – en lugar de estar pendiente de lo terceros opinen – genera seguridad personal, actitud indispensable para vencer las inseguridades y mantenernos firmes las convicciones.
Deja de hacer comparaciones
Aunque suponga un reto – y así lo es cuando somos inseguros – establecer comparaciones nunca lleva a nada bueno, ¡deja de hacerlo! Estar comparándose a cada rato con otros sólo aflora el lado más inseguro, además de llenarte de pensamientos negativos e incrementar el desequilibrio emocional.
Entiende que la perfección no existe
Una conducta clásica del inseguro es la búsqueda de la perfección, debemos entender que ésta simplemente no existe, o mejor dicho dejar de negarnos a algo que en el fondo sabemos que jamás encontraremos.
Confía en tus propias habilidades
Aunque no lo creamos, combinando técnicas de pensamiento positivo y pequeños cambios en los hábitos es mucho lo que podemos lograr en nuestra meta de dejar de ser personas inseguras.
Depositar la confianza en nuestras propias habilidades y tener la convicción de lo mucho que somos capaces de hacer o lograr, es el primer paso para dejar en el pasado la inseguridad.
Convierte las virtudes en fortalezas
Los terapistas especializados en la mejora de la autoestima reconocen la necesidad de centrar las técnicas en el descubrimiento y optimización de las fortalezas del paciente, pues son estas las que representan sus mayores virtudes.
A través de dicho enfoque, cambia en positivo el concepto que tenemos de nosotros mismo, opacando poco a poco el sentimiento de inseguridad ya que somos capaces de superar las distintas situaciones aprovechando nuestra virtudes; recuerdas, todos tenemos algo que nos hace especial, encuéntralo.
Evita los conflictos
Al parecer, la inseguridad es un detonante para los conflictos, convirtiéndose en una actitud que facilita encontrar problemas en cualquier lado. Dejar de ser inseguros también implica ser capaces de resolver problemas y no producirlos o empeorarlos.
Si bien los patrones de inseguridad son característicos de entornos en constante conflictividad, la clave radica en encontrar soluciones en lugar de crear situaciones de peligro. Se trata de ver el lado positivo en cada contexto y aprender incluso de los reveses.
Inseguridad en la relación, el eterno dilema de las parejas
Pese a lo bello de amar y la importancia que tiene para la construcción de la felicidad, sorprende la cantidad de personas que arriesgan su relación a causa de las inseguridades, después de todo la confianza es pilar fundamental de la vida en pareja.
Se considera como sana y rara vez quebrantable, una relación basada en la construcción cercana y bonita de la intimidad, no en la que tenemos la necesidad de controlarlo todo para sentirnos seguros o queridos.
¿Cómo afecta la inseguridad a las parejas?
A diario, los terapistas de pareja tratan en sus consultas tanto a personas que acuden a esta ellos por considerar acabada su relación, como aquellas que desean tener una pero creen que es algo demasiado complejo para arriesgarse.
En cualquiera de los casos, el punto de inflexión radica en cambiar la forma en la que piensan de las relaciones de pareja en general en lugar de intentar el cambio en la que ya tienen o cerrarse a la idea de tener una por evitar complicarse la vida.
El error más recurrente es asumir que vivir como pareja implica que el otro hará lo que queramos, de ser así no estaríamos de cara a una relación basada en el amor, sino en el control de lo que está mal desde cualquier punto de vista.
Errores comunes que dañan la relación cuando somos inseguros
Lo primero que debemos entender en el tema de la inseguridad dentro de la relación radica en que no basta sentir amor, las relaciones se construyen a diario partiendo de valores esenciales como el respeto, la solidaridad, la confianza, además de ser empáticos, tolerantes y abiertos a escuchar al otro.
En este sentido, son dos los errores clásicos que bien pueden conllevar a la inseguridad o ser consecuencia directa de ella:
Intentar adivinar lo que el otro piensa
Por más intuitiva que creas ser, esa constante actitud de tratar de adivinar lo que piensa o siente tu pareja no te llevará a ninguna parte, de hecho, es bastante probable que termine en situaciones desfavorables como celos y dudas.
Callar por evitar problemas
Anudado al tema del intento errado de interpretar frecuentemente la opinión del otro, está el callar o reprimir los sentimientos por temor a su reacción, pues asumimos a priori que podría molestarse o incomodarse.
Entiende, no tienes una bola de cristal para predecir el futuro, si consideras que algo está fallando, háblalo, una conversación oportuna te devolverá la tranquilidad perdida.
Tratar de propiciar cambios en la relación comparándola con otras
Las personas inseguras tienden a compararse con otros menospreciando su propio valor, conducta que repiten en sus relaciones, problema que empeora cuando lo hacen en un intento fallido por querer cambiar aquello que no les gusta o satisface.
Llenarse la cabeza de fantasmas
Las inseguridades conllevan a los celos, muchas veces infundados pues solo se trata de sombras creadas en la propia mente, una tendencia bastante nociva y peligros que puede ponerle fin incluso al amor.